¡A la goma con Octavio Paz!



Este 12 de octubre, día de Colón, quisiera reproducir un texto que había escrito el año pasado.

El cambio de paradigmas que he sufrido los últimos años ha sido tan cataclísmico que actualmente veo a quienes consideraba gigantes intelectuales como ignorantes, e incluso traidores a su propio grupo étnico.

En 1995 vi un programa televisivo en que Ted Koppel entrevistaba a los ganadores del Premio Nóbel de literatura, incluyendo a Octavio Paz: a quien yo solía admirar desmedidamente antes de despertar al mundo real.

Cuando Paz le dijo a Koppel que los anglosajones debían de mestizarse como lo habían hecho los españoles en Méjico, algo en mis adentros se rebeló muy hondamente…

Sabía que esas palabras de Paz representaban algo erróneo, y que había sido insolente airarlas precisamente en la televisión estadounidense. Pero en ese entonces la Matriz de la corrección política me tenía en su poder y no había leído a un solo etnopatriota. No obstante, los sentimientos en contra de mi antiguo mentor en cuestiones políticas quedaron grabados en mi memoria, tanto así que recuerdo mi repulsa ante las palabras de Paz como si hubiera sido ayer.

Actualmente no sólo veo erróneos los pronunciamientos de los ganadores del Premio Nóbel en la entrevista de Koppel: los veo como unos verdaderos idiotas a quienes hay que mandar, como se dice en Méjico, “a la goma”.

Veamos una fracción de los extractos de tal entrevista, a cuyo renglón seguido ofreceré mis comentarios:

* * *

Derek Walcott dijo:

Ahora se enfrentan ustedes a la creación de un nuevo tipo de cuerpo político, casi diría un nuevo tipo de civilización: multicultural y multirracial. De alguna manera esto contradice los orígenes del país…

Apenas es posible leer semejante párrafo y no tener la sensación de tener al Enemigo enfrente: en tanto que Walcott aprobaba tal reemplazo de población, es decir, reemplazar a la gente de piel blanca por una amalgama racial en el futuro.

Octavio Paz dijo:

Debe encontrarse una solución nueva a este problema de la multiplicidad de culturas y razas y comunidades que hay aquí [Estados Unidos]. Tal es la pertinencia de este debate. Difiere mucho de los de México. Mi país también fue fundado con una idea universal, sólo que no fue la Reforma, el protestantismo, sino el catolicismo, la Contrarreforma. También fuimos universalistas y somos un país mestizo, cosa que ustedes aún no son [mi énfasis: justo lo que se me grabó al ver el programa]. Estoy bien seguro de que, si son prudentes, serán multiculturales. Sería una gran cosa.

Esto de «multiculturales» es grotesco eufemismo para referirse al mestizaje («cosa que ustedes aún no son») y, por ende, a la extinción de los blancos: a cuya raza Paz pertenecía.

Ahora veo que a Paz le importaba un rábano que la raza blanca desapareciera en el vecino país del norte. Esta es la única de las cuatro razas (blancos, negros, amarillos e indios) que se encuentra activamente suicidándose precisamente por ideas “liberales” como las de Paz. En la vieja encarnación de The West’s Darkest Hour le he llamado a este tipo de pronunciamientos el pecado contra el espíritu santo de la vida: un pecado que, en lo personal, yo no perdono.

Czeslaw Milosz dijo:

Así, mi creencia es que, siendo poeta, opero en un nivel mucho más hondo que el de la realidad y procuro dar con cosas más profundas en la sociedad humana, en nuestra civilización. De tal modo puedo contribuir, como poeta, a atender el fenómeno de las superficies.

Típica megalomanía paciana —palabrita que se puso de moda en Vuelta para referirse a Paz, y a cuestiones pacianas como lo que dijo Milosz: ¡creer que sólo el poeta puede entender la política!

En realidad, para entender a nuestra decadente civilización es necesario estudiar a fondo a los verdaderos disidentes del sistema: intelectuales de los que no se oye hablar en ningún lado porque la Matriz que nos controla censura el tema, y lo censura en bloque. (Como confieso en un texto en inglés, esa fue la razón por la que no los descubrí sino hasta mis cincuenta años.)

Paz dijo:

Quien podría haber merecido el premio Nóbel pero nunca lo recibió fue Céline. Fue acaso uno de los grandes novelistas de Francia, pero era antisemita. ¿Qué hacer con él? Es en verdad algo muy complicado.

Ahora, a doce años de su muerte, no me cabe la más remota duda: al igual que los suecos ultraliberales que le otorgaron el Nóbel a él y no en su tiempo a Céline, Paz era un absoluto ignorante de la cuestión judía.

Milosz dijo:

¿Cómo vamos a ser competentes en todo? Alguien dijo que los laureados Nóbel no son por fuerza inteligentes. Pueden ser muy buenos para su arte, pero no necesariamente contestándolo todo.

Un poco de modestia. Menos mal… Pero aunque el judío Koppel respondió: “Bueno, es que no se hablaba de este grupo”, es demasiado obvio que sus laureados tenían ideas tan fallidas sobre la realidad demográfica de su tiempo como otros grupos de la elite.

La gran verdad sobre la literatura es que el dominio del lenguaje no garantiza en modo alguno la sabiduría. Las humanidades no humanizan, y, cuando mi pensamiento se hallaba inmaduro, Paz me había deslumbrado porque dominaba el castellano como ningún otro latinoamericano de finales del siglo XX.

La realidad final es que los escritores, laureados o no, podrán ser buenos en su arte: pero se encuentran tan enajenados en cuanto a la catástrofe que significaría la extinción de la raza blanca como el resto de las elites traidoras.

Published in: on octubre 12, 2011 at 7:27 pm  Comments (2)  

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2 comentariosDeja un comentario

  1. La literatura hispanoamericana es un desastre (y esto a pesar de que haya un montón de escritores talentosos): Casi todos los «grandes autores» son izquierdistas, si no comunistas. Las únicas excepciones que conozco son Borges y Vargas Llosa (a quien en su país muchos repudian como racista). Todavía no he leido nada de Paz; la manera como se menciona su nombre con reverencia por muchos izquierdistas ya me había inspirado cierto recelo.

    • Paz fue tremenda e injustamente criticado por la izquierda mejicana a lo largo de su vida adulta. De hecho, Paz fue un fuerte crítico del marxismo-leninismo (ve por ejemplo sus libros El ogro filantrópico, Tiempos nublados y Pequeña crónica de grandes días entre otros). Pero como criollo, Paz fue traidor a su grupo étnico: algo que no vi sino hasta que cambié de paradigmas desde mi metamorfosis intelectual de 2009-2010.

      Pero tienes toda la razón: la literatura española e hispanoamericana es un absoluto desastre. Sugeriría que leyeras las entradas de Vasconcelos en este blog: el único que se libra de mis críticas, al menos en uno de sus libros.

      P.D. Por cierto, Vargas Llosa es otro desastre. Apenas se quejó cuando en Europa eliminaron la libertad de expresión (por ejemplo en el caso de los negadores del holocausto). Yo estaba en España cuando leía los timoratos artículos de Vargas Llosa sobre esta situación escandalosa.


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